Desde IBMA, queremos reflexionar sobre la reciente reunión informal de ministros de Agricultura de la Unión Europea que tuvo lugar en Córdoba los días 4 y 5 de septiembre. En la reunión se ha discutido el papel crucial de las nuevas tecnologías en la agricultura, especialmente en lo que respecta a la adaptación al cambio climático y la seguridad alimentaria global.

La iniciativa de debatir sobre las últimas técnicas de edición genética y su contribución a la agricultura sostenible es, sin duda, un paso en la dirección correcta. No obstante, no podemos evitar señalar la evidente contradicción que existe entre este discurso y la realidad que enfrentamos en la industria del control biológico.

Mientras se debaten las ventajas de las nuevas tecnologías, nos encontramos con un exceso de lentitud y burocracia en el proceso de registro, especialmente cuando se trata de soluciones biológicas. En este momento, los miembros de IBMA cuentan con 129 sustancias activas de control biológico que podrían marcar una diferencia significativa para los agricultores europeos y contribuir a abordar los desafíos que se discuten en esta reunión.

Estas soluciones no solo son efectivas, sino que también son respetuosas con el medio ambiente y desempeñan un papel fundamental en la transición hacia una agricultura más sostenible. No obstante, muchas de estas sustancias se encuentran en espera de aprobación de registro, atrapadas en un proceso burocrático que necesita una urgente actualización.

En una reunión que destaca la importancia de las nuevas tecnologías y la adaptación al cambio climático, no podemos pasar por alto esta discrepancia entre las palabras y la acción. Instamos a las autoridades pertinentes a acelerar el proceso de registro de las soluciones de control biológico, permitiendo así a los agricultores enfrentar con éxito los desafíos a los que se enfrentan sus cultivos.

Desde España nos encontramos en una posición única para liderar este cambio durante los próximos meses, ya que ostentamos la Presidencia de la UE. Tenemos por tanto la responsabilidad de impulsar la actualización de la normativa de registro y la adopción de soluciones biológicas que pueden marcar la diferencia en la agricultura de la UE.

En conclusión, aplaudimos el debate sobre las nuevas tecnologías en la agricultura, pero es esencial que nuestras acciones estén a la altura de nuestras palabras. La actualización de la normativa de registro es un paso crucial para permitir que estas tecnologías lleguen a los agricultores y hagan que nuestra agricultura sea más sostenible y resiliente. Juntos, podemos lograrlo, y España tiene la oportunidad de liderar este cambio en beneficio de todos.

En IBMA, estamos listos para colaborar con todas las partes interesadas y trabajar juntos para superar estos desafíos. La agricultura no puede esperar más. La acción es necesaria ahora.